Los volcanes, conexión con el interior de la tierra, han sido representados históricamente de diversas formas, desde imágenes y petroglifos hasta pinturas y pictografías, como el caso del Higuerón, una pictografía de la comunidad de Pastos y Quillacingas en donde se representa al volcán Galeras. También ha sido recurrente en la música, la tradición oral, los mitos, las leyendas e incluso los himnos, como el del municipio de Páez, donde se menciona al Nevado del Huila en la estrofa “Oh nevado de frente impoluta, majestuoso nimbado de luz” (Sanches & Calvache, 2018). Esta alta simbología es el resultado de una estrecha relación con los volcanes; para muchas comunidades alrededor del mundo, estos son considerados como lugares sagrados, ceremoniales, y símbolos de vida y muerte, lo que refleja un profundo sentido de pertenencia e identidad.

Volcán Puracé, Cauca. Foto: Alejandro Calderón.
El levantamiento de tres cordilleras de los Andes hace cerca de 120 millones de años se debe a la influencia de tres placas tectónicas: la Sudamericana, la Pacífica y la Caribe. Esta interacción ha propiciado el surgimiento de imponentes volcanes, muchos de ellos con altitudes superiores a los 4.000 metros y que se ubican especialmente en las cordilleras central y occidental de donde se destacan los segmentos volcánicos del sur, centro y norte del país. Colombia forma parte del Anillo de Fuego del Pacífico, una región marcada por la actividad sísmica y volcánica debido a la interacción entre las placas tectónicas Pacífica, Juan de Fuca, Nazca y Cocos. Más del 50% de los volcanes activos del mundo se encuentran en esta zona (Forte et al. 2021).

Volcán Cayambe, al norte de Ecuador, su cumbre más alta alcanza los 5.790 mts siendo la tercera montaña más alta del Ecuador y de los Andes septentrionales. Foto: Alejandro Calderón.
Millones de colombianos viven dentro de los primeros 100 km alrededor de al menos un centro volcánico, lugares como San Juan de Pasto, Murillo y Popayán, entre muchos otros, se encuentran en estas zonas (Gomez et al., 2021). Colombia no es el único país donde esto sucede; muchas ciudades del mundo han surgido en las faldas de los volcanes, en Latinoamérica por ejemplo están Ciudad de México, Quito, San Salvador, Managua y Ciudad de Guatemala, por mencionar solo algunos. Estos asentamientos son muestra de una relación estrecha con los volcanes, tanto a nivel cultural como económico, donde las tierras fértiles juegan un papel fundamental en la expansión de los asentamientos humanos.

Volcán Puracé, Cauca. Foto: Alejandro Calderón.
Nuestra cercanía a los volcanes conlleva riesgos. La erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985 cobró la vida de 25.000 personas, la erupción del volcán en 1902 en Santa Maria, Guatemala, más de 6.000 personas y en Indonesia más de 80.000 personas perdieron la vida por la erupción del volcán Tambora en 1815, por mencionar solo algunos de los trágicos sucesos. A pesar de los peligros, una gran cantidad de personas viven cerca a los volcanes en la actualidad, se estima que cerca de 1.25 millones de personas en Latinoamérica residen dentro de los 10 kilómetros alrededor de un volcán activo. En países como El Salvador y Nicaragua, aproximadamente el 30% y el 70% de la población, respectivamente, habita en áreas cercanas a volcanes activos (Forte et al., 2021). Por lo tanto, la reducción y prevención del riesgo se convierten en tareas complejas y, al mismo tiempo, cruciales. En Colombia, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) monitorea permanentemente los 23 volcanes activos del país, a través de los observatorios ubicados en Pasto, Popayán y Manizales.

Volcán Nevado del Ruiz, en la cordillera central, cubierto por un casquete glaciar en detrimento, es un volcán activo y con seguimiento constante por su actividad volcánica, esta a una altura de 5.311 mts. Foto: Alejandro Calderón.

La actividad volcánica tiene un impacto directo sobre la biodiversidad, visto desde diferentes periodos de tiempo los impactos pueden ser variables; en el corto plazo, los efectos de la lava y volcanoclásticos conllevan a la destrucción de ecosistemas y todo a su paso; pero en siglos o milenios, los suelos formados tras las deposiciones volcánicas favorecen que una gran cantidad de materia orgánica rica en nutrientes sea un recurso disponible para plantas, lo que favorece la diversidad vegetal (Sanín et al. 2024) Dado que el sur de Colombia está altamente influenciado por estos eventos geológicos, aún queda mucho por descubrir sobre los vínculos entre la actividad volcánica y la biodiversidad.
Redacción: Natalia Cano

Entra aquí para ver el video de tomas aéreas realizadas con nuestros drones en el volcan del Puracé
Otros Datos
Colombia tiene 23 volcanes activos
El volcán más alto es el Nevado del Huila 5.360 mts.
El volcán más bajo es Cerro Machín 2.749 mts.
Referentes externos:
Visite el Servicio Geológico Colombiano (SGC) para conocer más acerca de la actividad de los volcanes en Colombia, y cómo puede estar informado de las medidas de reducción de riesgo. https://www.sgc.gov.co/volcanes
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